“Hacer un plano ya es estar en el corazón del acto cinematográfico, descubrir que en el acto bruto de captar un minuto del mundo está toda la potencia del cine y, sobre todo, comprender de resultas que el mundo es siempre sorprendente, nunca es del todo como uno lo espera o lo prevé, que a menudo tiene más imaginación que aquél que filma, y que el cine siempre es más fuerte que aquél que lo hace.”
Alain Bergala.
Entre el 5 y el 8 de junio pasados se celebró, por primera vez en Guatemala, un maratón de producción documental en las instalaciones del CCE/G, organizado por el equipo del Noticiero Intercultural ( http://vimeo.com/acsurnic ), integrado por ACSUR-LAS SEGOVIAS, AMUTED (Asociación Mujer Tejedora del Desarrollo) y Defensoría Maya, que a lo largo del último año y medio ha desarrollado 9 talleres de documental social en el marco de los cuales los alumnos/as –principalmente jóvenes que trabajan en organizaciones sociales de Guatemala– produjeron sendas películas.
El “maratón” se propuso como una forma de encuentro con sentido lúdico entre realizadores y organizaciones sociales con la intención de reflexionar sobre el cine documental a partir de una experiencia y un intercambio tangibles.
El proceso de un maratón como éste consiste en improvisar, a partir de unas palabras comunes para todos, varios cortos documentales en un tiempo muy limitado –en nuestro caso, unas 20 horas (10 de grabación y 10 de edición)– para terminar viendo los resultados en pantalla grande casi instantáneamente y deleitarse con los diferentes puntos de vista por los que cada grupo decidió apostar. Es un ejercicio minimalista pero que invita a hacer aflorar una mirada puramente cinematográfica y permite dar cuenta de que la obra en definitiva es una cuestión de la actitud de quien filma.
El viernes se presentaron los/as participantes. Los dividimos en 6 grupos mixtos (realizadores/trabajadores de organizaciones) y, con la ayuda de Rosina Cazali, les anunciamos las palabras, a modo de “pie”, a partir de las cuales tendrían que trabajar: “Vivir aquí.” Algo suficientemente abierto y sugerente para abordar la realidad desde múltiples temáticas y estilos. El resto del día lo tuvieron libre para conocerse y dejarse llevar por la realidad de Guate.
El sábado fue el día de rodaje, para el que tenían una importante limitación: no podrían grabar más de 30 minutos de cinta. Algunos de los participantes alegaron que eso era insuficiente e incluso alguno llegó a afirmar que con ese tiempo de grabación y en tan sólo dos días no se puede aspirar a hacer nada bueno. Creo que no es cierto. Los buenos cineastas son los que no se equivocan de película en relación a las condiciones reales de producción. Y estoy absolutamente de acuerdo con lo que dice Alain Bergala: “en el acto bruto de captar un minuto del mundo está toda la potencia del cine”. En realidad, para el juego que propusimos, la limitación del tiempo es una estrategia creativa que debería entenderse como una ayuda más que un obstáculo. En el ámbito del documental, al menos al nivel de lo que la mayoría entiende por documental, a menudo es muy complicado hacer ver que, en muchas ocasiones, menos es más.
El domingo 7 fue el día de montaje o edición, que se realizó en el espacio de la Taberna Literaria del CCE/G, con el apoyo del fantástico equipo de la productora JVNEWS, compuesto por el realizador José Vásquez, el asistente técnico César Sosa y el asistente de edición Elvis Vásquez. Tres profesionales como la copa de un pino, que además son las únicas personas en Guatemala que alquilan Macs con Final Cut Pro instalado.
En mis talleres suelo decir que el programa de edición es como una cocina, con nuestra despensa llena de ingredientes, nuestra maderita para cortar, la olla y la sartén… así que no pude evitar ir curioseando de grupo en grupo a ver qué se estaba cociendo. El ambiente de trabajo fue muy bueno, muy serio, y los intercambios de pareceres bastante enriquecedores.
Felizmente no hubo ningún contratiempo importante y el domingo por la noche ya teníamos los 6 masters correspondientes a las 6 películas que se habían producido.
El último día, el lunes, proyectamos las películas en pantalla grande y entregamos a los/as participantes un reconocimiento, una estatuilla con la forma del nahual del “kabawil”, que fue el emblema del encuentro.
Además, como estamos convencidos de que la crítica y el debate son partes indispensables del proceso de creación, antes de despedirnos, abrimos un espacio de debate a partir de las impresiones de dos personas externas a la organización y al proceso de producción del maratón, que fueron Rosina Cazali y Luis Aceituno. Gracias a sus acertados comentarios, el debate fue intenso y, más allá de las previsibles discrepancias, entendemos que cada cual sacará de esta experiencia sus propias conclusiones personales, aunque algunas seguramente duelan más que otras. Ese es precisamente el reto, como decía mi maestro Carlos Muguiro: estar dispuestos a transformarnos a nosotros mismos al hacer nuestra película.
Espero que pronto haya otras organizaciones –o quizá las mismas– que dentro de un año, nos convoquen a una segunda edición de una experiencia similar.
Por último, sólo dar las gracias al CCE/G por todas las facilidades prestadas.
1 comentario:
La iniciativa fue buena, pero la inmensa mayoría de los documentales resultantes fueron complacientes, aburridos y profundamente conservadores. Además, gran parte de los asistentes se mostraron sorprendentemente refractarios a las críticas vertidas. Parecerìa que el hecho de realizar documental social signifique que los espectadores son automaticamente tontos a los que se les puede castigar con una sucesión de imágenes tipo INGUAT. Habría que, por lo tanto, mejorar la selección en futuras ediciones.
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