El sábado pasado nos reunimos en el Taller de Dirección que está dando Luis Carlos Pineda, y empezamos a charlar sobre el taller que dio Angélica sobre las sensaciones que nos habían quedado y sobre cómo nos había removido personal y teatralmente. Recuerdo algunas frases, como crear desde la necesidad, como trabajar con rigor para tratar de estar a la altura de lo que nos mueve a hacer teatro (“usar un cliché es faltarle el respeto al dolor”), sobre la necesidad de ser duros con nosotros mismos y con la necesidad de utilizar nuestra fuerza en una dirección concreta, real y a la vez poética. Recuerdo que Vladimir dijo algo hermoso, que fue que después del taller había vuelto a soñar como hacía años no soñaba. Y recuerdo también la mirada de Patri, esa madre de los talleres de los sábados que, como dijo Guicho, es la única que podía arbitrar este combate.
Si yo tuviera que definir el taller que tuvimos con Angélica, usaría la palabra encuentro, o encuentro profundo, aunque el adjetivo suene solemne. Y uso la palabra encuentro porque siento que fue algo transformador tanto para Angélica como para nosotros mismos. Había una especie de necesidad oculta, subterránea, que salió a flote en el taller. Necesidad nuestra de conocer a Angélica y de ver cómo iba abriendo puertas que llevaban la creación en una dirección nueva (o tal vez anterior pero olvidada), y del otro lado, la necesidad de Angélica de conocer Guatemala, de conocer y reconocer la fuerza de esos jóvenes que hacen teatro desde la necesidad, tan alejados de la burocratización y la “egolatrización” de la escena española, donde pocos se mueven si no hay dinero de por medio. De ver cómo todos y cada uno de los participantes ponían, como dicen en Argentina, “toda la carne en el asador”. Angélica dice que odia el teatro y mi sensación es que, acá, se acercó un poco más a amarlo (o a volver a amarlo). Ella lo dijo en su blog: “En Guatemala está todo lo que me hace amar al teatro, en Argentina todo lo que me hace odiarlo”.
Dicen que los guatemaltecos son de cristal, y habrá algo de cierto en eso, pero pocas veces vi que en un taller se criticara con tanta dureza a los participantes. Hay una deportividad que en Europa no existe, me dijo Angélica, que ojalá vuelva, como prometió, el año que viene a Guatemala. Acá la estaremos esperando. Como despedida, les dejo la despedida de ella, lo que escribió en el aeropuerto de Guatemala, y que está publicado en su blog (miputaperrera.blogspot.com): “Y pienso que yo vine desde Madrid hace una semana desposeída, desposeída de autoestima, desposeída de amor, humillada, en fin, desposeída, y he tenido que venir a encontrarme con los hijos y las hijas de la barbarie, con los hijos y las hijas de padres muertos, torturados, asesinados de forma espantosa, exiliados, perseguidos, también con los hijos y las hijas de la violencia, de la violencia real, de los barrios más pobres y brutales, también con los hijos y las hijas que le plantaron cara a padres indignos, y me encuentro con todo ese destrozo, con todo ese dolor que jamás podré describir, ni reproducir, y resulta que es esta gente la que me vuelve a poseer, y me lo da todo, y me vuelve a poseer, y me siento poseída por ellos, por todo el cariño que me han dado, me han dado todo eso que en mi casa me habían quitado, que en mi casa decían que era ridículo, voy poseída por el hermoso llanto de Carlos y eso no lo podréis ultrajar nunca, nunca, y voy poseída por ese llanto, y voy poseída por ese llanto, llena, y tantas otras cosas de las que no puedo dejar de escribir”.
Acá abajo, algunas de las frases que dejó el taller:
“La estética es el vehículo para expresar las ideas”
“Existe una fuerte e inseparable relación entre ética y estética”
“Belleza como acto de justicia”
“La transgresión es todo aquello que la gente no quiere escuchar. Es un acto de verdad, la revelación de conmociones espirituales”
“El escenario.. la escena, involucra sacrificio”
“Es importante ser sumamente críticos. Ser críticos. Ser críticos”
“El trabajo con el yo es la máxima rebeldía, es un acto de renuncia a lo masivo”
“¿Qué parte de mi misma quiero contar?, ¿qué parte del ser humano quiero contar? Hay que vincular estas dos preguntas para el trabajo”
“Hay que hacer teatro como si el teatro no se hubiera inventado para ser libres”
“La ira frente a la injusticia”
“El sufrimiento por amor” (en esto se basa el trabajo reciente de Angélica Liddell)
“La violencia poética es una lucha contra la violencia real”
“Hablar del dolor es una rebelión, hay todo un sistema intentando que ocultemos el dolor y el duelo”
“Trabajar por revelación y no por ocultación”
“La emoción convoca a la inteligencia. Hay que convertir las emociones en objeto estético”
“Elegir es la esencia de todo”
“Al pararnos en el escenario, tenemos una responsabilidad con el espectador”
“Hay que perder el pudor y la vergüenza”
“Las contradicciones son muy interesantes. Hay que solucionarlas siempre y vendrán nuevas contradicciones. La coherencia genera estupidez”
“Hay que reflexionar sobre la fuerza ¿Qué es para mi la fuerza?”
“Reflexión a su vez sobre la vulnerabilidad, la fragilidad, la debilidad…”
“Hay que encontrar las cosas que están conectadas y buscar las conexiones de las cosas que parecen no estarlo”
“El diario que se escriba en la semana, ha de conectar los sucesos…”
“Que no pierda fuerza el sentimiento al pasar al pensamiento y que no pierda fuerza la última idea, llevada al escenario”
“La insatisfacción convive con la palabra”
“Hay que escribir con la fuerza del hambre y de la indignación”
Artaud
“Lo poético es un estado de conmoción ocurrida a través de la experiencia estética”
“Arrancar el acto de rebelión contra la muerte a partir de ami autorretrato”
“Las pesas son para cuestionar la fuerza”
“Utilicémonos como objeto. Nuestro cuerpo como objeto, así como hemos utilizado las emociones y las ideas”
“Tensar el cuerpo a través del pensamiento”
“Autorretrato como medio de trabajo conmigo misma. Encararme a mi misma honestamente”
“No caigamos en los lugares comunes creyendo que con eso daremos intensidad. El grito, no es lo mismo que gritar”
“La intensidad no es el grito, es la desnudez”
“No hay que ilustrar lo que decimos ni tratar de subrayarlo. Si el esfuerzo es auténtico no necesita subrayarse con la palabra. No es necesario el énfasis”
“Desconfiamos del valor por la acción en sí misma. Tenemos que confiar en el valor de la acción, sin fingir… llegar mas allá… hasta donde caigo de verdad…”
“No es necesario llevar la acción por el camino de la actuación. No hace falta teatralizar lo que ya ES…”
“Es maravilloso cuando trabajamos con nuestra necesidad interior”
“Hay que confiar en la fuerza escénica sin la actuación”
“Buscar oposiciones en las acciones, sin reforzar ni apoyar ninguna lo vuelve más interesante. La contradicción. Hay que hacer que entren en conflicto estas dos acciones en vez de reforzar una”
“La reiteración con el afán de enfatizar se vuelve teatralizada. Lo importante es la intención”
“No interpretar”
“Trabajar con la necesidad de decir las cosas”
“Hay que sacudirnos al personaje, porque el personaje ensucia la acción escénica”
“Trabajar con la ficción como si no trabajaras con la ficción es de los propósitos más difíciles de lograr”
Marco Canale
3 comentarios:
Me sigue dando vueltas el taller en la cabeza. Cómo olvidarla a ella y a ustedes.
Otro que no folla
wow me ha refrescado la momoria que gustito leer estas frases de la jefa...
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